• 24-August-2020

Identificación de causas

Hemos mencionado y nos han enseñado los maestros espirituales que las eventualidades de nuestras vidas se presentan con la finalidad de aprender. Existe una frase muy bella que permite comprenderlo:

“Tuve que hacerte sentir incómodo, de lo contrario nunca te habrías movido.
Atentamente,
El universo”.

Por la ley de causa efecto, recibimos primero lo malo (karma negativo) y luego lo bueno (karma positivo), para mayor profundidad pueden revisar los tratados descritos en la historia principal del portal (Rodo y el loco) y profundizar sobre la “doble causalidad en tres tiempos”. Este precepto nos ayuda a aligerar la carga de la “necesidad de controlar” que tenemos todos los seres humanos.

“Fluir evita sufrir” debería ser una materia de vida a enseñarse desde pequeños.

Las frustraciones, al no salirnos con nuestro gusto, permiten que maduremos emocionalmente y entendamos que todo debe ser equilibrado. Cuando tiras hacia un lado de la balanza con un sentido de posesión sobre algo o alguien, repercute directamente en ello y eso no es equitativo, no persigue el principio de igualdad ni contribuye a tu crecimiento sobre la “Ley de Correspondencia” – “Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”.

Una vez que calmas tu ansiedad y te centras en lo actual, podrás agradecer. No importa que no entiendas por qué sucede tal situación, debes dar gracias por la oportunidad de vivir esa experiencia. Así, podrás pedir sabiduría para extraer el aprendizaje. Si crees en vidas pasadas, reencarnación y en todo el contenido de “Sendero de la luz”, podrás mantenerte tranquilo y avanzar. Ten paciencia y continúa educándote.

Es muy importante mencionar que la Divinidad no castiga, los aspectos negativos que se presentan forman parte de tu karma y ley de causa y efecto. Debemos aprender a hacernos responsables de éstos, porque si no, nos alejaremos de la fe, del amor, de la gratitud y de las bendiciones que estar en armonía trae.

Si te apartas de la Divinidad, no podrás interpretar las señales que te envía para que tu camino sea más entendible. Mantenerte alerta no es más que enfocarte en el presente, confiar en la causalidad antes que la casualidad. Reforzar en tu corazón que “todo tiene una razón en el plan de vida que hemos diseñado, antes de venir a este plano”.

Los cambios siempre son buenos, no te preocupes por alejarte de algunas personas o situaciones. Con el tiempo, comprenderás que esto puede pasar en una existencia pero como somos parte de la afinidad espiritual, nos volveremos a encontrar; más adelante en esta vida o en una próxima, que esto suceda con mejor karma, depende exclusivamente de nosotros.

Aceptar este conocimiento como un regalo nos ayuda a alejarnos de la terrible enfermedad llamada “depresión” y “apego emocional”. Tengamos fe en que es así; y si no lo fuera ¿no es bello pensar que todos nos volveremos a reunir para experimentar momentos felices? ¿Qué daño podría hacer el cultivar esta creencia en tu corazón con sentido de esperanza en un futuro mejor?

Confía en las migajas de pan que aparecen en tu camino, Dios te conoce a la perfección y te ama muchísimo porque te ha visto crecer espiritualmente durante todas tus reencarnaciones. Él espera que todos nos reunamos en el cielo ¿te imaginas la bella paciencia que tiene con cada ser vivo de la creación para que encuentre el sendero que lo conduzca hacia la puerta estrecha? Aléjate por un momento de ti, imagina un pequeño animalito en el confín de la tierra, que al igual que tú, debe evolucionar espiritualmente hasta reencarnar en un ser humano para poder regresar y Dios lo tiene presente y lo guía. Es una pequeña forma de tratar de comprender su amor y la confianza que tiene en que encontraremos el camino, todo es cuestión de tiempo.

Cuando reconozcamos que en la frase: “Siempre hay un roto para un descocido” hay gratitud antes que lamento, podemos empezar a salir adelante con convicción y ternura en el corazón.

Aceptemos las situaciones buenas y malas con los brazos abiertos.

Cuando te des cuenta de que lo que haces a otro te lo haces a ti mismo, habrás entendido la gran verdad.
Lao - Tsé