Cuando quieras conectarte espiritualmente con alguien, incluso seres que ya abandonaron este plano; puedes poner en uso esta técnica:
“Cierra los ojos y enfócate en una puerta blanca. Toca la puerta y espera hasta que sientas que la persona con la que te quieres comunicar la abre para dejarte entrar. Abrázala fuerte, dile lo mucho que la amas y que esperas que continúe creciendo hasta que se vuelvan a reunir. Tómala de sus manos y cuéntale lo que quieras decirle, algún problema o cualquier tema en particular. Si es recíproco y afín en espíritu, te escuchará y sentirás que te responde con sus propias palabras e imaginando sus gestos (aquí como pausa, el loco reconoce los movimientos involuntarios explicativos con la mano y las muecas que realiza Rodo; para poner un ejemplo, tiene una muestra particular de tirar la espalda hacia atrás de manera rápida cuando escucha algo que la alerta o le agrada), la conocerás mejor, somos más que pensamiento y presencia, no lo olvides”.
“Eso sí, una vez que abras esa puerta no volverá a cerrarse. A lo que me refiero es que experimentarás sensaciones y señales de ambos extremos: cuando ella esté furiosa, en dudas, en dolor, también tú lo sentirás, ello te ayudará a comprenderla mejor y tu empatía se elevará. Cuidado, no fuerces las cosas, deja que todo fluya con naturalidad, no pidas algo para lo cual aún no están preparados, todo reencuentro tiene su razón y momento”.
El loco agradeció por el regalo del maestro. Tenía razón en todo lo que decía. Hasta ahora, como ya es parte de su esencia, los bellos ojos negros de Rodo se centran en el tercer chakra y en el corazón. A veces en medio de su locura, le cuenta cosas y le vienen a la mente sus reacciones y comportamientos (sobre todo sus muestras de cariño cuando está ilusionada y encantada). Ya aprendió a entenderla, sonríe y le regala millones de abrazos y de besos enormes.
Nota:
“Si van a realizar la técnica de conexión, sean responsables. No la hagan para querer torcer voluntades ni forzar situaciones; si bien es cierto puede que aceleren el reencuentro con el deseo, sólo conseguirán que se aleje más, porque estarían alargando la verdadera misión de vida con esa persona. La acercarán, pero como ambos no están preparados aún, se volverán a distanciar pero con mayor sufrimiento y dolor.
Al encontrarse con ese ser en el umbral de la puerta que el maestro describió, sean sinceros y humildes, exprésenle sus sentimientos con cariño y libres del sentido de posesión. Un buen inicio es imaginar que tomas sus manos, siéntate a contarle tu día, tus temores, tu fe, tus gustos, desnuda tu interior de manera positiva. Pueden regresar a hablarle cuando quieran. No hay por qué presionar el encuentro físico.
Trabajemos en elevar la frecuencia con todo lo que estamos revisando y así reforzaremos nuestro espíritu para reflejarlo en nuestro camino diario. En vez de contarle tu dolor por su ausencia (que hace que generes karma negativo con esa persona), exprésale tus alegrías, tus planes, tus expectativas, tu optimismo y amor por la vida; así te convertirás en un compañero espiritual y le extenderás tu mano para llevarla hacia tu luz, incrementando la vibración de ella o él. Recuerden la frase de Mario Quintana: “El secreto no es correr detrás de las mariposas… es cuidar el jardín para que ellas vengan hacia ti”.
Y si se preguntan si funciona, la respuesta es SI. Las brujas la utilizan con las runas, el tarot y otras herramientas.
Al tener el grado de intuición más desarrollado, pueden leer el espíritu de la persona reflejándolo en la lectura. Quien se acerca a este tipo de trabajos, debe tener cuidado, porque puede caer en ansiedad, dudas y frustración cuando reciben mensajes diferentes a sus deseos. El loco lo aprendió hace muchísimo tiempo atrás y conversaba mucho con la bruja blanca sobre ello. Ambos llegaron a la conclusión de que ser un consejero espiritual es mucho más armónico con el universo y que consiste en ayudar a las personas a cultivar su interior y fortalecer su autoestima como paso inicial, antes que satisfacer sus deseos oscuros de pertenencia sobre alguien y doblegar los caminos que cada quien debe recorrer.
Así, “Lo que es, será, a su tiempo y con la bendición de Dios”.