El loco volvió a preguntar: Mulán, me has descrito, entonces ¿cómo liberamos esa carga que posee el portador de la chispa de liberación del karma familiar?
Mulán dijo: ¿Has escuchado la frase: “El muerto se hace más pesado, cuando tiene quién lo cargue?”
El loco se sonrió ya que formaba parte de su repertorio de citas en el aspecto profesional.
Mulán continúo:
“Cada quién debe sanar su propio karma. Si interfieres en una discusión o problema involucrándote directamente en ello, cultivarás nuevo karma negativo con alguien con quien quizás no formaba parte de tu causalidad en esta vida.
No debemos interferir en la ley de causa y efecto de cada quién, así sea un familiar.
Podemos instruir pero no tomar partido. Podemos dar nuestra opinión con respeto y seguir manteniéndonos imparciales. Podemos extender la mano sin convertirlo en un patrón repetitivo ante una necesidad. Nadie tiene por qué resolver los problemas ajenos, las personas no crecen cuando son protegidas a ese extremo, por el contrario, se acostumbran a ello y piensan que es la responsabilidad del portador el resolver su vida. No, no es así, todos cometemos errores y es compromiso de cada quien el asumirlos y solucionarlos, así crecemos.
Un individuo tiene derecho a ser feliz, a disfrutar, a caminar por la vida con una sonrisa, a liberarse de su propia carga, a hacerse responsable de su propio destino. Créeme, ya es suficiente con su propio trabajo espiritual, como para hacerse responsable de alguien más y si lo hiciera, estaría haciendo más daño que apoyo”.
“La técnica de Ho’oponopono ayuda muchísimo a liberar el karma familiar. Practica la oración diaria, mantente consciente de que no es tu trabajo resolver el problema de otros, repito, que esto no se confunda con indiferencia.
Puedes indicar el camino si tienes una alternativa de solución, pero no participar directamente si no te compete”.
“Cuando se presente una situación en la que sientas que debas involucrarte sabiendo que no es parte de tu responsabilidad hacerlo, menciona constantemente:
“Hoy me libero y libero a otros de lo que no me pertenece”.
Conviértelo en un dogma de fe, en una afirmación sin derecho a reclamo. Tu familia podrá sentirse ofendida cuando cambies tu actitud hacia ellos. Expón simplemente tu posición y por qué lo estás haciendo. Menciona el grado de responsabilidad de cada quién y deja bien en claro que es la única forma de aprender, para que no vuelva a suceder”.
La bruja blanca preguntó: “¿Y si no lo entienden?”
Mulán dijo: “Si dejaste claro tu punto de vista, aun cuando puedas estar equivocado, retírate. Forma parte también de tu aprendizaje, puede que tu opinión ante una acción sea hoy diferente que ayer. Bienvenido, ya estás creciendo. Si fortaleces el amor, la confianza, la gratitud y el perdón, estarás más cerca de la verdad ¿por qué tendrías temor a equivocarte?. No te sientas mal si no lo comprenden. Si actuaste libre de orgullo, prepotencia y vanidad, entonces estará bien. Sé consecuente con tus palabras, conviértete en una persona confiable e intachable.
Si eres un portador, ya cuentas con la aprobación de tu familia desde tiempos ancestrales. Toma ventaja de esa posición para conducirlos hacia una nueva era, llévalos hacia la luz, no permitas que ellos te arrastren hacia su oscuridad. Necesitan de tu lámpara para caminar, pero para eso debes prepararte, sanar, construir y alimentar tu ser espiritual y seguir hacia adelante”.
Sólo un pequeño consejo para finalizar: “Si alguien te pide ayuda, tu deber es darla sin generarte un perjuicio. Tienes que ser muy consciente de ello, para que no causes dolor u odio ante una falta de agradecimiento o no existencia de reciprocidad. La línea es muy delgada, no te vayas al extremo de mis apreciaciones; recuerda, la palabra clave nuevamente es “equilibrio”, incluso al dar ayuda, debemos de perseguir este precepto”.
Podían pasar horas de horas compartiendo, pero la familia de aprendizaje dio las gracias con el corazón en la mano ante una enorme lección que estoy seguro que cambió la vida de los participantes, quienes se despidieron hasta la siguiente sesión.
Las familias en armonía construyen y se apoyan, guían y enseñan con el ejemplo y el amor por delante.