Había una sirvienta que estaba lavando ropa en el río. Mientras hacía esta labor, lloraba de manera desgarradora. Buda Shakyamuni pasó por ese lugar y al escuchar el llanto de esa mujer se acercó y le preguntó el motivo, a lo que ella respondió:
Lloro porque soy muy pobre, soy una criada de un hombre rico. Cuando él está enfadado siempre me maldice y si cometo algún error, me pega. Budha Shakyamuni la consoló diciéndole:
“No estés triste, no importa ¿puedes venderme tu pobreza? La señora contesto:
“He escuchado que la gente compra de todo pero no de la pobreza, pero no tengo nada ¿qué le puedo vender?”. Él Budha reiteró:
“No importa, véndeme lo que tienes”. La mujer sacó una tetera con agua y se la ofreció sinceramente. Finalmente el Budha le dijo:
“Anda a tu casa y sé una buena sirvienta”. Como ella ofreció el agua con mucha sinceridad, al momento de morir se convirtió en un ángel celestial.
¿Cómo interpretar la historia?
La sirvienta había entregado lo único material que tenía con mucho cariño, total desprendimiento y amor al pedido del Buda y se ganó el cielo con esa buena acción; y el Buda sirvió de intermediario para que ella logrará realizarla.
Podemos resumir que:
- El buda sabía la diferencia entre el falso YO (la vida de la criada y lo material) y el verdadero YO (el espíritu del ser que habitaba en ella) y aprovechó su comprensión para ayudarla a trascender, a partir de la buena acción que la criada realizó.
- Nosotros, que podemos reconocer con estas enseñanzas el falso YO, podemos con nuestras acciones ayudar a las personas a conectarse con su espiritualidad y a comprender las enseñanzas de la VERDAD. De esta manera, de la mano, subimos un escalón hacia el cielo.
Lo que tú tienes, muchos lo pueden tener pero lo que tú eres nadie lo puede ser.