También conocido como Buda Gautama nació en India en el año 566 al 485 A.C. como príncipe heredero. Se dice que su madre tuvo una premonición antes de que nazca, soñando con un elefante blanco de seis colmillos que ingresaba a su vientre.
Desde niño demostró gran inteligencia y tuvo una vida llena de placeres en el palacio de su padre. Se casó a los 16 años y tuvo un hijo.
La historia cuenta que el rey lo mantuvo oculto de la realidad de la vida. Encerrado en el palacio real, no mantenía contacto con la servidumbre y cuando éstos empezaban a envejecer o enfermaban, eran retirados. Un día, Siddhartha mientras caminaba preguntándose por la verdadera razón de la vida se alejó del palacio, llegó a las murallas y empezó a caminar por la ciudad. Durante su recorrido vio gente anciana, moribundos, enfermos y asistió a una ceremonia de un muerto. Mientras le preguntaba a su acompañante sirviente sobre todos estos escenarios de los cuáles no entendía, pudo identificar el sufrimiento que los seres vivientes debemos experimentar.
Ensimismado por estas experiencias, luego de profundizar decidió abandonar todos los lujos en los que vivía e inició su camino para encontrar la felicidad. Durante su (sendero) recorrido descubrió diversas corrientes religiosas y creencias, encontrando aprendizaje en cada una de ellas, hasta profundizar sobre su conocimiento y alcanzar la iluminación a los 35 años.
Aunque no está comprobada la historia del Buda y hay muchas versiones en torno a la vida de Siddhartha, la finalidad es comprender que un ser humano ordinario puede alcanzar la liberación a través de su propio esfuerzo, entendimiento y comprensión de lo VERDADERO.
En caso se desee profundizar sobre su biografía y experiencia; pueden acceder a la obra Siddhartha de Hermann Hesse. La lectura de este libro, recomendado por Mulán, ayudó muchísimo al loco para poder comprender y profundizar sobre este tema. Se recomienda tener mucha paciencia y concentración al iniciar su lectura.
Todos tenemos la capacidad de llegar a ser budas, ya que todos tenemos en nuestro interior el potencial para alcanzar la iluminación.