Tiempo atrás, mientras veía un documental sobre “Sicarios Jóvenes”, estos adolescentes que se iniciaban en el mundo criminal, antes de realizar “un encargo” se encomendaban a la virgen y a Dios para salir bien librados y cumplir con el trabajo.
Por supuesto, quitando los conflictos sociales y económicos relacionados a las actividades humanas: Matar es equivalente a cortar el aprendizaje de un ser en una vida, si la víctima no aceptó con resignación y gratitud ese acto (extremadamente difícil de lograr por el instinto, apego emocional y miedo a dejar de existir) en una existencia futura se convertirá en victimario de quien se lo hizo creando un ciclo kármico repetitivo sobre este evento: intercambiando roles de homicida y asesinado hasta que primero, un evento de sacrificio se dé y segundo, una de las partes pueda comprender el aprendizaje de ello.
Es interesante como se puede creer en que los santos y la Divinidad pueden interferir, alinear los astros y crear las energías propicias para que se dé este tipo de hechos, cuando en realidad está relacionado directamente al karma negativo y la Ley de Causa y Efecto.
Es increíble como algunos pensamos que podemos estar por encima de los dictámenes espirituales universales, ello puede representar la máxima categoría de vanidad y egoísmo, pero estoy seguro que alcanzaremos. Todo es cuestión de aprendizaje y enseñanza.
El karma es como la gravedad; es tan fundamental que a menudo nos olvidamos de él.
Sakyong Mipham
