Hoy, limpio, sano y bendigo mi linaje femenino,
a mi madre, a mis abuelas y a todas las mujeres que precedieron mi camino,
las perdono por no amarse, por no sentirse, por no ser fuertes y no atreverse a cambiar su destino,
las libero de sus ataduras y sus anclajes y me uno a ellas con un sagrado hilo,
que nos vincula en amor, en perdón, en sabiduría y en equilibrio.
Hoy de mi espíritu, borro las memorias de dolor que mi linaje trajo consigo y entonces las reemplazo por la energía y el poder conjugado de mis ancestros femeninos.
Gracias, porque hecho está.
El día que empieces a amarte, dejarás de necesitar culpables. Bendiciones...