Divinidad: ¿Estás seguro(a) de que deseas encarnar en la Tierra?
Espíritu: Totalmente. La decisión está tomada.
Divinidad: ¿Eres consciente de los retos a los que te enfrentas?
Espíritu: Nunca antes he encarnado en ese planeta, de modo que no sé lo que significan realmente los conceptos de "miedo", "dolor", "soledad" o "tristeza". Tal vez el que más me preocupa es el de "muerte"... No alcanzo a comprender la idea de dejar de existir para siempre: eso es imposible, pero los humanos creen que es así. Sea como sea, mi alma desea "bajar" y experimentar todo eso, aportar mi luz y contribuir con mi ser al cambio de conciencia.
Divinidad: Cuando estés allí abajo, limitado por el cuerpo físico y preguntándote qué haces en ese lugar, "comprenderás"... Desde este estado de conciencia ni siquiera puedes intuir lo que implica experimentar la densidad y la limitación.
Espíritu: Asumo el reto...
Divinidad: Entonces, si esa es tu voluntad, solo me queda desearte un feliz viaje por el mundo tridimensional y recordarte que estaremos contigo, desde esta dimensión, observándote y guiándote. Si consigues abrir tu corazón lo suficiente, tarea que no es en absoluto sencilla, serás capaz de "escucharnos" y de percibir nuestras señales.
Espíritu: ¿Y cuál es la mejor manera de abrir el corazón?
Divinidad: Hacerle caso. Escuchar tu voz interna. Dejarte llevar y soltar la resistencia a que las cosas en la Tierra no sean como deseas... Aceptarte, en definitiva, tal y como eres. Solo de esa forma podrás aceptar a los otros y honrar sus aprendizajes. La paz y el amor que surgirán en ti como consecuencia de esa aceptación te pondrán automáticamente en "contacto" con nosotros.
Espíritu: De acuerdo, lo tendré en cuenta.
Divinidad: No, amigo mío... Lo olvidarás. Son las reglas. Tendrás que irlo recordando a medida que tu cuerpo físico, ya contaminado de juicios, apegos y creencias negativas, crezca y se haga adulto. La luz de tu alma deberá emerger entre las tinieblas del temor, la desconfianza y la incomprensión. Confía, amado nuestro: estamos seguros de que serás capaz de conseguirlo.
Espíritu: ¿Qué es eso?
Divinidad: Es el vientre de tu madre terrestre. Y ese pequeño embrión con extremidades que puedes ver en su interior es el cuerpo físico en el que vas a encarnar. ¡Buen viaje, alma estelar!
Anónimo.
Ten confianza en ti, en tu espíritu, en que las circunstancias de la vida tienen una razón.
Dios respeta tu crecimiento, te ama y te espera. Mantente cerca de ÉL, del TODO; que tus bellos pensamientos y acciones sean tu camino.