• 29-September-2020

Autodiagnóstico (Conócete a ti mismo) – Parte 2

La belleza de las oraciones y las técnicas de meditación es que sirven para conectarnos con el presente, con tu espíritu y sentir la presencia de la Divinidad. En ese momento íntimo de esplendor, el secreto es sentir a Dios como si tú estuvieras inmerso en ÉL (cambia el patrón de que Dios está en "el cielo" y que te encuentras a millones de kilómetros de años luz), materializar la emoción de cómo te inunda y te envuelve en luz y AMOR.

La reflexión y la contemplación nos ayuda a adentrarnos en el conocimiento recibido, en la percepción y observación del entorno. Nos ayuda a encontrar las respuestas desarrollando el sentido común y nos permite reafirmar o modificar nuestro sistema de creencias. Para poder rediseñar nuestros patrones mentales (heredados o construidos en el subconsciente por la repetición conductual) se necesita contar con dos llaves: En una mano, la llave del autodiagnóstico y en la otra, la llave de la flexibilidad y capacidad de apertura.

Es sabido que la primera llave te abre la puerta de tu interior pero la segunda es la que te permite "tomar las riendas y hacerte responsable sobre la necesidad de cambiar". Si pones resistencia solo obtendrás dolor y sufrimiento. La estructura de la forma de pensar es favorable porque permite que las personas sean metódicas y organizadas pero la excesiva rigidez lleva a la falta de creatividad e imaginación. Nuevamente nos encontramos en la necesidad de "equilibrar".

Practica ambos grupos, orar sin fe lleva a ninguna parte, meditación sin callar la mente solo causará frustración y la reflexión sin confiar en que puede revelarnos los misterios de la vida, es como arar en las arenas del desierto.

Sé constante y paciente, todo crecimiento toma tiempo. Existe una bella técnica:

"Cuando en tu corazón surjan dudas, haz una pausa.
Cuando quieras enojarte con tus semejantes, haz una pausa.
Cuando te sientas cansado y desvalido, haz una pausa.
Cuando la desesperación quiera aparecer, haz una pausa.
Y cuando hagas una pausa, respira profundamente y repite "GRACIAS por mi existencia y mi espíritu".

La sabiduría es para los seres humanos un tesoro inagotable, quien sabe usar de ella, logra la verdadera conexión con Dios.