Una enseñanza difícil de comprender, es aquella relacionada con el poder del pensamiento y la capacidad para crear la realidad. Mi maestro decía que podemos cambiar nuestro destino, pero para poder hacerlo, primero debemos creer que es posible.
¿Suena racional no? Pero es conocido la capacidad de las personas para auto sabotearnos, para dañarnos a nosotros mismos. Si pudiéramos comprender que esto no hace más que sumergirnos en un remolino de eventualidades similares y repetitivas de mayor magnitud; Él universo, DIVINIDAD o Dios, solo proyecta multiplicado lo que emanas.
Primero debemos reconocer como se graba la intención: "nuestros pensamientos, palabras y acciones, al estar conectadas con nuestro corazón (o interior), crean la proyección".
Entonces, el universo registra esa energía y la devuelve multiplicada. La razón del por qué es sencilla; nos encontramos inmersos en ÉL. Para mejor comprensión, imagina un rayo de energía invisible que se lanza hacia ÉL en una dirección a partir de tu intención, lo recibe, lo propaga y lo regresa cubriendo todo tu ser.
Este es el verdadero secreto de la “Ley de Atracción” o también llamada “Ley de Correspondencia” y la “Ley de Causa y Efecto”. El Karma, no es más que la energía que devuelve tu intención acumulada de vidas pasadas logrando un equilibrio energético con el universo. Simple y complejo a la vez.
Por ello, cuando cambiamos la forma de ver las cosas, éstas también cambiarán de forma. “Alinear nuestra atención con nuestra intención” es un ejercicio diario que debemos realizar.
Recuerden, hemos venido a ser felices, a aprender, a evolucionar y trascender, compartiendo nuestras experiencias y enseñanzas para dejar las migajas de pan a nuestros hermanos que comparten nuestra existencia y así contribuir a crear una realidad mejor para las futuras generaciones.
Al igual que la vela no puede arder sin fuego, el hombre no puede vivir sin vida espiritual.
Buda