Y entendí que está bien vivir una vida que otros no entienden. Alejarse del ruido, de los títulos que me dieron, de los caminos que no elegí, de viajar hacia el centro de mí.
Esa vida era externa, cargada de deberes, palabras en automático, gestos sin vida, de máscaras iguales. Porque en mí resonó espacio, silencio, soledad.
Sabía muy dentro que debía perderme para encontrarme, dividirme para unirme y quebrarme para comprenderme. Soy muchas personas en una sola y cada una debe ser escuchada, no para elegir con cuál quedarme sino para reconciliarlas.
Todos pedirán que seas alguien pero el alma te pedirá que seas tú, aunque no sepas qué significa eso todavía.
Te descubrirás en el silencio que empieza a hablar cuando dejas de tenerle miedo.
No entenderán nunca. No me fui por desprecio sino por AMOR. me fui para dejar de traicionarme, para dejar de repetir lo que no me llenaba, para poder volver sin ese peso, para encontrar lo que importa: A MÍ.
No sé si encontraré algo pero ahora entiendo que la búsqueda es respuesta. Seguiré la voz del mundo cuando me llame.
Porque aunque otros no lo entiendan, esta es mi vida y está bien vivirla a mi manera.
Agradezco infinitamente al Universo por trazar el camino y a mí por saber escuchar las señales y seguirlas.
