Tú, mi verdadero amor,
aquel que perdura a través de los tiempos,
yo te invoco para ayudarme en mi despertar espiritual, a crecer y a sanar.
Yo me fundo en un abrazo de amor y luz contigo,
y continuaré trabajando en mí para que cuando esté predestinado nuestro encuentro volvamos a ser uno.
Gracias a la Divinidad por permitirnos desprendernos de su fuente como un único espíritu, para posteriormente regresar también como uno.
Tomo tu mano en carne y espíritu y continúo mi vida.
Te amo.
El amor es eterno. Cuando alguien ama con sinceridad a una persona, este amor no nace de hoy, se graba en el espíritu y perdura a través de los tiempos, a través de las siguientes vidas. Se convierte en un amor inmortal y se manifiesta el encuentro para recordarse uno al otro que "no están solos", que siempre estarán unidos para ayudarse.
La dinámica de huir y perseguir es común entre las llamas gemelas pero, aunque resulte doloroso, sirve para un propósito más divino.
