Todos estamos de visita en este mundo. Estamos de paso, por ello la importancia de disfrutar el presente, el AHORA. Hemos venido a observar, aprender, crecer, amar y volver a casa.
Reflexionaba sobre ciertas situaciones vividas y llegué a una conclusión: Una de las enseñanzas más difíciles de resolver es “entregar amor sin condición o restricción”, sin importar lo que recibamos.
Regalar magia, sonrisas y dar el corazón con total abnegación, son virtudes de los espíritus elevados. Para poder alcanzar ese nivel de “dar sin esperar recibir”, experimentaremos el abandono, el alejamiento, el miedo de los demás a relacionarse con nosotros, el desamor y otras sensaciones similares de tristeza.
Estas eventualidades tienen por finalidad 02 aprendizajes:
- Construir el amor propio desarrollando el control emocional para abrazar y consolar a nuestro(a) niño(a) interior.
- Sacar a relucir la fortaleza del espíritu, ya que comprendes que el apegarse emocionalmente a algo o alguien, causa un daño terrible. La primera vez será muy difícil, incluso podrás caer en un círculo tormentoso; a partir de la segunda o tercera vez, verás el escenario de una manera completamente diferente, lo sentirás a favor, caminarás con la frente en alto, con el amor grabado en ti y con la consigna instalada de la frase: “Cada quien que entregue lo que guarda en su corazón”.
Seamos cuidadosos con nuestro pensamiento, no nos lastimemos, ni auto flagelemos, tampoco dañemos nuestro autoestima. Créanme, es una prueba durísima pero estén tranquilo(a)s, los guías espirituales y la Divinidad están en el camino para entregarnos las señales que necesitamos para avanzar, estemos conscientes y presentes para entender sus mensajes.
Una vez aprendida la lección y aprobado el curso, no olvidemos por favor agradecer con humildad y regalar esta enseñanza a nuestros demás hermanos.
Cuando entendamos que no se trata de luchar sino de aceptar y fluir, habremos comprendido la vida.
Siempre hay una luz, siempre.
